sábado, 4 de mayo de 2013

PETROLEO


Desde que México ingresó al mundo de la globalización en el año de 1986, situación que se dio cuando nuestro país fue aceptado en el Gatt, todo empezó a cambiar, se liberó la actividad comercial e iniciamos una etapa de grandes transformaciones, no sólo en México, sino en todo el mundo.
Lo anterior se venía contemplando desde el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, en dicho período (al inicio del mismo) aparece en nuestra economía el problema de la inflación, cierra su sexenio con crisis en el campo (se expropian tierras en el Valle del Yaqui, Sonora).
Llega el sexenio de José López Portillo y de entrada se establecen acuerdos con el sector empresarial, con el propósito de cambiar la imagen del gobierno, buscando que nuestra economía creciera, que los problemas generados en el sexenio anterior (choques frontales con el sector empresarial) se corrigieran y nos ofrecen un cambio en estructuras y se colocan en el gabinete supuestamente a los mejores hombres del momento. 
Pero qué tiene que ver todo lo anterior con el petróleo, bueno, este producto conocido como el oro negro, de la noche a la mañana en el sexenio de López Portillo, se convierte en la palanca de despegue y crecimiento para México, hasta nos dijo en su momento, preparémonos para administrar la riqueza derivada del petróleo. Efectivamente, fluyó riqueza, los precios del crudo subieron hasta llegar casi a los 34 dólares por barril, cuando éste había estado en ocho dólares. 
Al inicio del sexenio se designó como director de la estatal Pemex a una persona experimentada y conocedora en materia de exploración, perforación y extracción del petróleo, al ingeniero Jorge Díaz Serrano, hombre conocido y de confianza de López Portillo. Se consideró que con dicha designación realmente la administración de ese organismo sería la mejor y los resultados esperados llegarían. 
Desgraciadamente los demás países exportadores, organizados en la OPEP, de primas a primeras decidieron invadir el mercado con petróleo, y oh sorpresa, al final del sexenio los precios se caen, destituyen al director porque se opuso a seguir sosteniendo los precios altos de nuestro petróleo y todo cambió para nuestro país, a grado tal que nuestra economía se vino abajo, se estatiza la banca, y por tanto se generan grandes problemas, alta inflación, devaluación y crisis financiera.
Llega el gobierno de la Renovación Moral (Miguel de la Madrid) y una vez más, a remar contra la corriente, y como digo al inicio de esta nota, ingresamos al mundo de la globalización, se libera el comercio, nos invaden importaciones de productos chatarra (aparecen por doquier empresas importadoras diversas, ofreciendo productos varios todo a cinco pesos), por tanto, fuga de divisas en base a las grandes importaciones, y la liberación comercial más que beneficiarnos nos perjudica, y los problemas inflacionarios y devaluatorios se incrementan, y dicho sexenio cierra con una inflación de 159.7 por ciento y una devaluación considerable.
Sólo el petróleo y muy a pesar de que los precios no eran altos en ese momento, siguió siendo el sostén de las finanzas públicas del gobierno federal, ya que el régimen fiscal establecido para Pemex, convierte a este organismo en un rehén de la contribución tributaria, por tanto, asegura ingresos y retrasa una adecuada política fiscal, que permita a este organismo ser autosuficiente y evitar el gran endeudamiento que a la fecha nos tiene sumidos, generando con esto, grandes problemas en su infraestructura, frecuentes accidentes en las líneas de conducción de los combustibles, refinerías totalmente obsoletas, refinación insuficiente, a grado tal que a la fecha importamos gasolinas, lo cual nos impide tener acceso a combustibles baratos y de gran calidad.
El oro negro es tan importante para todos los países (sean desarrollados o no), que podemos darnos cuenta de todos los grandes intereses que giran alrededor de este energético, los grandes conflictos bélicos actuales (Iraq, Libia, Irán, entre otros), son consecuencia de querer poseer el dominio de este producto. En consecuencia, en el mercado petrolero hemos visto cómo en forma constante la fluctuación del precio del barril del crudo ha sido determinante en el poder financiero y político de las grandes potencias, a su vez, países productores de petróleo siguen careciendo de grandes beneficios y su población se debate en la pobreza, (ejemplo de esto varios países de África, que tienen en su subsuelo grandes riquezas petroleras), pero sobre la tierra grandes carencias. 
Volviendo a México, diremos que desde la expropiación petrolera, la paraestatal ha sido generadora de empleos, de grandes ingresos para el Estado Mexicano, ha dado para enriquecimiento de líderes y hombres encumbrados en la política, pero hasta la fecha, y muy a pesar de que se nos dice que el petróleo es nuestro, cada mes las gasolinas suben de precio, todos los días nos damos cuenta de que en los expendios se nos entregan litros de novecientos y los "ganones" de la importancia del petróleo en la economía de México, sólo ha sido beneficio para unos cuantos. 
Este sexenio que está por terminar, ha tenido la fortuna de la alza desmedida en el precio del barril, lo cual le ha generado grandes excedentes en las finanzas públicas, beneficiados han sido todos los estados de la república, sin embargo muchos de esos excedentes han sido destinados al gasto corriente y no al desarrollo de obras de infraestructura.
Pemex sigue súper endeudado, se habla de una deuda de1,600 millones de pesos, sigue con un régimen fiscal que lo aprisiona y no le deja los recursos suficientes para crecer y cambiar sus activos fijos, mejorar sus procesos productivos, dar mejor mantenimiento a las plantas refinadoras y eso sigue provocando grandes accidentes y gran contaminación ambiental, bajita la mano, se ha endeudado más vía los Pidiregas, lo cual indica que cada día hay mayor participación privada en dicho organismo y que nos espera en el futuro inmediato, creo que es el momento de que efectivamente el famoso ORO NEGRO, se convierta para México en un gran detonante del verdadero cambio económico, manejado con responsabilidad y ética.

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